UNA PALOMA
Pinto
una paloma blanca
que el
libre aire abanica,
enviándome
una brisa
que
despierta mi esperanza,
es una
paloma santa
que
adorna aquel azul cielo,
que
techa el cubano suelo
que un
día nacer me vio,
cuando
libre nací yo
libre
mi sentir gozando,
la que
un día abandoné
cuando
un bastardo tirano
se hizo
de mi tierra amo,
destruyéndola
con saña,
exacerbando
la envidia,
separando
la familia,
creando
la enemistad,
fusilando
sin piedad
en
derroche de maldad,
hundiendo
la economía,
creando
interminable exilio
de
hombres, mujeres y niños,
muchos
muriendo en el mar
cuando
quisieran tratar
de huir
del maldito infierno,
que el
diablo de rojos cuernos
acababa
de crear,
enemigo
de la paz,
ególatra
incontrolable,
cuya
obra imperdonable
abochorna
nuestra historia,
historia
llena de gloria
forjada
por el mambí
de San
Antonio a Maisí,
con el
machete en la mano
y
patrio fervor cubano.
Pinto
una paloma blanca
que un
día la paz traerá
a mi
tierra desolada,
cundo
el de las negras barbas
hoy
blanqueadas por los años
aunque
harto ensangrentadas,
descanse
en el camposanto
en
camino hacia el infierno,
convirtiéndose
en recuerdo
su
miserable legado,
que
convirtió en pueblo esclavo
al más
noble de los pueblos.
¡Se
despierta mi esperanza,
Cuba vivirá de nuevo!
Cástulo
Gregorisch
3/20/14
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