EL QUE NO HA VUELTO
Deambula
por el exilio
el que
no ha vuelto,
arrastrando
con trabajo
las
pesadas cadenas del tiempo,
ignorando
cuándo y si
se
producirá el anhelado regreso,
como
un fantasma que se mueve
en el
obscuro mundo de lo incierto,
observando
con tristeza
como se
desmorona su tierra,
la
tierra de sus ancestros,
soñando
dormido, soñando despierto,
con ese
mundo que solo habita
en la
historia, en su memoria,
y que
hoy yace muerto,
mundo
que brilló por feliz tiempo,
hoy
destruido por mal intencionados
e
ineptos, los que tanto falsamente
prometieron,
a los
que un necio e inexperimentado
pueblo
creyeron,
país
bombardeado sin bombas
por la
inclemencia de un abandono
inmenso,
hundiéndolo en un
obscuro
y profundo hueco,
donde
la moral y los principios
se han
ido lejos, desapareciendo,
las
mujeres se prostituyen,
los
hombres roban, los buzos
se
sumergen en sucios depósitos
de
basura en busca de reciclables
elementos,
todos buscándose el
sustento,
los
niños truncada su niñez,
crecen
privados de un mundo bueno,
que les
permita ser niños,
crecer
sin miedos,
la
represión cabalga por los pueblos,
apaleando
inmisericordemente a una
disidencia
que pacíficamente se
manifiesta
corriendo riesgos,
desesperados
que en precarias balsas
se
adentran en un traicionero océano,
que se
los traga sin remedio,
hombres
y mujeres presos, habitando
inhumanas
cárceles, enrejados y
asquerosos
agujeros, torturas y
vejámenes
sufriendo,
otros
que allí habitaron fueron
fusilados
y muertos,
países
que optan por ignorar
un
dolor que le es ajeno
a sus
oídos sordos y ojos ciegos.
Tanto
se puede decir de lo horrible
que es
aquel gigantesco infierno,
que
Dante quedaría perplejo.
Y
mientras esto sucede, continúa
deambulando
por el exilio,
como
una sombra . . .
¡El que
no ha vuelto!
Cástulo
Gregorisch
1/27/14
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