LAS FAROLAS
Dormidas
farolas
de mi
vieja Habana,
débiles
sus luces,
tristes
y cansadas.
Bajo
esas farolas
otrora
paseaba,
sus
luces brillantes
la
calle alumbraba.
Años
han pasado
penando
calladas,
gastados
bombillos
no
oyen, no hablan.
Los
tiempos felices
que yo
disfrutara,
viven
una historia
bella,
iluminada.
Más
sombras que luces,
ciudad
desgatada,
vetustas
farolas
visten
sucias caras.
Aquellas
farolas
que
tanto adornaban,
hoy
muestran un rostro
que
apena mirarlas.
Rotos
sus cristales,
más
rotas sus almas,
tras
años sufridos
cuajados
de infamias.
Lloran
las farolas
lágrimas
sombreadas,
ya sus
pobres luces
les
fallan, les fallan.
Lo
mucho sufrido
su
alumbrar opaca,
en una
ciudad
que se
desbarata.
Anhelo
que un día
ya
libre mi patria,
mis
bellas farolas
renazcan,
renazcan . . .
Cástulo
Gregorisch
4/27/14
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