CUANDO PARTIMOS
¡Adiós
Cuba!
Mi
pensamiento te dejo
¿Cuán
larga ha de ser mi ausencia
destierro incierto viviendo?
Ajenas
fuerzas me obligan
a
alejarme de tu seno,
dolorosa
mi partida,
intenso
mi sufrimiento.
Después
de perder un día
dentro
de aquel aeropuerto,
al día
siguiente partimos
pues
pospusieron el vuelo.
Nuestras
pocas pertenencias
registraron
con denuedo,
de mi
esposa una sortija
se
apropian los aduaneros.
Muy
afortunados fuimos,
no
tocaron nuestros cuerpos,
muchas
las indignidades
que
otros viajeros sufrieron.
Se
distanciaba la nave
dirigiéndose
hacia el cielo,
estruendosos
los motores
de este
pájaro de acero.
Pequeña
se iba quedando
la isla
desde mi asiento,
del
avión sobrecargado
el
despegar se hacía lento.
Muchos,
muchos niños solos,
niños y
niñas pequeños,
atrás
dejaban sus padres
quién
sabe por cuanto tiempo.
Afortunada
mi hija
arropada
en nuestro asiento,
pues
con sus padres viajaba
en este
viaje molesto.
Cuatro
meses de nacida,
mostraba
un llorar intenso,
quien
sabe se percataba
de lo
triste del momento.
A
tierra extraña llegaba,
más
dolía el alma que el cuerpo,
corta
fue la travesía
aunque
el sufrir se hacía luengo.
Más de
cincuenta los años
de mi
patria cerca y lejos,
cuánto
más tiempo alejados
de mi Cuba,
no sabemos . . .
Cástulo
Gregorisch
11/16/13
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