RIQUEZA
Cuando
yo dejé a mi patria
traía
los bolsillos llenos,
en
ellos no había dinero,
solo un
sin fin de recuerdos.
Millonaria
mi nostalgia
repleta
de sentimientos,
por lo
que yo había dejado,
por el
sufrir de mi pueblo.
Mi
peculio de añoranzas,
riqueza
que yo poseo,
el que
crece y no se gasta,
el que
no tiene herederos.
Con el
pasar de los años
con él
crecen mis recuerdos,
más se
llenan mis bolsillos
de este
especial estipendio.
Mis
recuerdos constituyen
como
depósito eterno,
el
ahorro de emociones
que
guardo aquí en el destierro.
Cástulo
Gregorisch
1/1/05
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