LOS AÑOS
Los años . . .
cruel pintor que de arrugas disfraza nuestro rostro,
como evidencia de nuestro continuo y arduo andar
por los escabrosos caminos de la vida.
Reto a quirúrgicas habilidades, que falsa visión de
juventud
intentan dar en temporal estiramiento de nuestra
piel, como
lienzo en el que se dibuja una efímera ilusión.
Irreversible operación desgastadora, a la que
ingenuamente
tratamos de oponernos, en un esfuerzo de durabilidad
y permanencia.
Indeleble e inevitable acción, fisiológicamente
desecante,
que nos va estrujando sin piedad, mientras vamos
perdiendo
habilidades físicas y mentales.
Envejecimiento inmisericorde que sufrimos desde que
nacemos,
al irnos alejando de ese momento, haciéndose más
obvio al
acercarnos a nuestra partida hacia la eternidad de
la inconsciencia.
Mirémosle como maestro que nos enseña un sinfín de
interesantes experiencias que adornan nuestro existir,
el que nos resultaría intolerable y harto aburrido
sin
las mismas.
No prestemos demasiada atención a los años, sería
esto tonto,
mantengamos una actitud positiva, pues es esta la
única vía que nos ayudará a alcanzar la relativa
felicidad que todos buscamos en la vida.
Cástulo Gregorisch
8/7//04
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