PAREDÓN
Paredón, más Paredón,
grita turba enardecida,
le envidia, el odio, el rencor,
llenan sus almas vacías,
llora triste el malecón
cuando a La Cabaña mira
y oye la detonación
de rifles que allá fusilan,
muchos son los infelices,
muchos que pierden la vida,
apaga su luz el sol
ante tamaña injusticia,
se obscurece el azul cielo,
de las nubes caen cenizas,
el morro cierra su ojo
perdiendo su usual sonrisa,
muestra su rostro una mueca,
se contorsiona y vomita,
la sangre y el luto cubren
las aguas de la bahía,
el tronar de los fusiles
ensordece, aterroriza,
el barbudo tiranuelo
de placer se regocija,
vive noche de complejos
cargados con su malicia,
un asqueroso argentino
su sed de sangre reafirma,
fusilando y fusilando
sin piedad y sin medida,
vestido de rojo el diablo
desde el infierno los mira,
agitando su tridente
de la fiesta participa,
es el macabro regalo
del sátrapa genocida.
¡Paredón, más Paredón!
la estúpida masa grita,
sin percatarse los necios
que en un cercano futuro
pueden ser ellos las víctimas.
¡Paredón, más Paredón!
la estúpida masa grita . . .
Cástulo Gregorisch
12/13/14
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