Friday, May 29, 2015

ATAQUE

                     ATAQUE

Me asalta nuevamente
un ataque de nostalgia,
inmisericorde y despiadada,
con su pesada carga de recuerdos,
recuerdos de una era, divertida y bella,
cuando disfrutaba de una juventud
que lucía eterna.

Noches de lunas y estrellas,
cocuyos y luciérnagas,
playas de blancas arenas
y aguas turquesa,
azules cielos de nubes ingenuas
que se desplazan con pereza,
campos pintados de verde
adornados con palmeras, humedecidos
por ríos de corrientes perpetuas.

Adoquinadas grises calles
de sabor colonial, alumbradas
por las tenues luces de antiguas
farolas despiertas.
Interminable cadena de guaguas
como largo gusano desplazándose
por las calles, garantizando
transporte seguro y sin merma.

Música de tropical sabor
alegrando los oídos, atrapada
por nuestras orejas.
Increíbles olores a maduras frutas
y típicas comidas flotando en el aire
estimulando el olfato, preludiando
un festín gastronómico en espera.

Hermosas mujeres que ante los ojos se mueven
en una coreografía de especial cadencia.
Disfrute de la vista, ejemplo de elegancia
y belleza.

Adornadas y bien surtidas tiendas,
repletas de comestibles bodegas.
Todo bajo un ambiente pacífico
alterado solamente por los ruidos
y pregones de una ciudad dinámica y
despierta.

Muy difícil me sería evitar
estos frecuentes ataques de nostalgia,
mis débiles defensas ante sus embates
fallan, perdiendo yo siempre la batalla.

Cástulo Gregorisch
7/5/14

                                   

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