ENERO 1 DE 1959
Era un
primero de enero,
bajaban
de las montañas,
tras
ellos un pueblo ciego
vivas
le daba a esa piara.
El
odio, el rencor, la envidia,
ensordecían
La Habana,
los
sentimientos más bajos
nuestras
calles inundaban.
Miles
de inocentes presos
desbordaban
La Cabaña,
los
menos afortunados
sin
piedad les fusilaban.
El
terror como estrategia
los malditos
implantaban,
se
perdían los derechos,
la
libertad se esfumaba.
Perdías
las propiedades
que con
esfuerzo ganaras,
los que
nunca trabajaron
pronto
se las apropiaban.
Adoctrinaban
los niños,
las
mentes les enfermaban
con
ideas comunistas,
perversas,
degeneradas.
Se
separaban familias,
amigos se
disgustaban,
la
epidemia se extendía
como
una incurable plaga.
Muchos
de la isla huían
a poblar
tierras extrañas,
era un
viaje hacia lo incierto,
una
aventura arriesgada.
Implantado
el comunismo
como purulenta
llaga,
algo más
de medio siglo,
mi
patria desbaratada,
se pierden
mis esperanzas
en un
mundo de nostalgias . . .
Cástulo
Gregorisch
12/7/2018
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